Necesitarás un cubito de hielo por persona y algunas toallas de papel. Reúne a los chicos en grupos de tres o cuatro personas. Entrégale a los más grandes un cubito de hielo. Diles que lo sostengan en la mano y que lo derritan sobre las toallas de papel. Luego indícales que coloquen sus manos frías sobre el rostro de los otros integrantes del grupo.
Pregunta:
¿Qué sentiste cuando colocaron las manos frías sobre tu cara?
Ahora reúnanse en un círculo cerrado y siéntense en el piso dándole la espalda a la persona que tienen frente a ustedes.
Díle a los jóvenes que comiencen a masajear la espalda de la otra persona. Recrea con música y luego de unos minutos diles que cambien posiciones.
Pregunta:
¿Qué te gustó más? ¿Las manos frías o el masaje? Descríbelo.
¿Qué semejanza hay entre compartir afecto y los masajes de espalda?
¿De qué manera puedes relacionar la crueldad con las manos frías que tocaron tu rostro?
Comenta:
Jesús es bondadoso. Tratemos de imitarlo.
increible se habia ocurrido pero ustedes wow gracias a Dios por sus vidas
esta muy buena la idea me gustaria tener un grupo de jovenes que se presten para estas actividades porque una vez se rompe el hielo es mucho mas facil dicipular y que abran el entendimiento ya que de cierto modo se crea una amistad dentro del grupo una confianza y seria mucho mas facil. Dlb
Gracias! Michael Nos alegra mucho saber que estas ideas pueden ayudarte!! Que Dios te bendiga!
Me encanta! Lo haré esta noche que precisamente predicaré sobre el poder de lo que decimos.
muy bueno
Dejar un comentario