Culpa

  • Jeffrey de León
  • Oct-14-2010

Cómo vivir libre de remordimiento

¿Se encuentra en una batalla emo­cional debido a la culpa? ¿Es esta una herramienta amorosa de Dios que él está usando para convencerlo, corregirlo y conformar su carácter al de Cristo, espe­cialmente cuando se ha alejado de él? ¿O está luch­ando con la vergüenza y la culpabilidad cuando ésta se hace presente en su corazón?

La verdadera culpabilidad es amiga suya, una compañera piadosa que le susurra a su conciencia la verdad y lo motiva a cambiar.

La culpa falsa es un enemigo cruel que se encuentra dentro de nosotros y que nos hace sufrir con un sufrimiento mundano, uno que es superficial y cuyo fin ¡es la muerte!

“Porque la tristeza que es según Dios produce arrepentimiento para salvación, de que no hay que arrepentirse; pero la tristeza del mundo produce muerte”. (2 Corintios 7:10)

La culpa verdadera es un regalo

La culpa verdadera . . .

Es un regalo de Dios que nos motiva a cambiar•

Revela que somos culpables de algún pecado •

Se centra en desarrollar nuestro carácter interno•

Nos comunica que Dios se interesa y se preocupa • por nosotros

No se justifica sí misma•

Hace que salgan a la superficie los verdaderos • sentimientos

Le muestra con amor sus sentimientos por otros•

Va acompañada del deseo de cambiar•

“Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado; Al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios”. (Salmos 51:17)

Preguntas y respuestas

“¿Cómo debo responder a la culpa verdadera?”

La culpa es verdadera cuando se reconoce el hecho de haber cometido un pecado.1

fíjese en la honestidad de David en Salmos 32:5: • “Mi pecado te declaré, y no encubrí mi iniquidad . . . Y tú perdonaste la maldad de mi pecado”.

¿Cómo le respondió Dios? con perdón. Él le responderá • de la misma manera siempre. Él dice: “porque perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré más de su pecado” (Jeremías 31:34).

Dios es fiel, siempre cumplirá lo que promete. Cuando nos humillamos de corazón ante él, no sólo nos perdona, sino que quita el pecado que hay en nosotros.

“Cuanto está lejos el oriente del occidente, Hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones”. (Salmos 103:12)

“¿Cómo puedo responder a la culpa falsa?”

La próxima vez que la pantalla de su mente empiece a recordarle sus pecados pasados, reconozca que esa tentación viene de Satanás, el acusador, que quiere desanimarlo. Pregúntese:

“¿Qué estoy escuchando?” (Acusación.) •

“¿Qué estoy sintiendo?” (Culpa.) •

“¿Cuáles son los hechos?” (He sido completamente • perdonado.) Utilice la Biblia como el estándar para determinar lo que es verdadero y lo que es falso.

Si usted ha recibido a Jesucristo como su Salvador personal y puesto que él murió para pagar por sus pecados, decida centrarse en la verdad de Dios. Busque Romanos 8:1 y conviértalo en su oración: “Te doy gracias Padre, porque tú no me condenas y no quieres que yo me condene a mí mismo. Estos sentimientos de culpa falsa no son válidos porque he aceptado el sacrificio de Cristo y he abandonado mis pecados”.

“Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús”. (Romanos 8:1)

¿Cómo puedo ser perdonado?

Encuentre la fuente verdadera de su culpa.

“He aquí, tú amas la verdad en lo íntimo, Y en lo secreto me has hecho comprender sabiduría”. (Salmos 51:6)

Localice cuál es la verdad cuando sea atacado por Satanás.

“Ninguna arma forjada contra ti prosperará, y condenarás toda lengua que se levante contra ti en juicio. Esta es la herencia de los siervos de Jehová, y su salvación de mí vendrá, dijo Jehová”. (Isaías 54:17)

Pase tiempo renovando su mente.

“En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra mente”. (Efesios 4:22-23)

Entienda que Dios cumple lo que dice.

“Bienaventurados aquellos cuyas iniquidades son perdonadas, Y cuyos pecados son cubiertos. Bienaventurado el varón a quien el Señor no inculpa de pecado”. (Romanos 4:7-8)

Reconozca la responsabilidad por su pecado.

“Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad”. (1 Juan 1:9)

Deje de vivir en el pasado.

“No os acordéis de las cosas pasadas, ni traigáis a memoria las cosas antiguas. He aquí que yo hago cosa nueva”. (Isaías 43:18-19)

Observe que Dios ordena sus sentimientos con los hechos cuando usted obedece.

“Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí”. (Gálatas 2:20)

No trate de vivir sin Cristo.

“porque os es necesaria la paciencia, para que habiendo hecho la voluntad de Dios, obtengáis la promesa”. (Hebreos 10:36)

Mi oración personal

Amantísimo padre celestial:

“Tú conoces el dolor que he llevado en mi corazón por causa de la culpa. Reconozco que muchas veces he tenido actitudes incorrectas y acciones malas. Sé que he sido rebelde y que no he vivido conforme a tu voluntad.

Por favor, perdona todos mis pecados.

Señor Jesús, gracias por amarme. Gracias por tu misericordia, gracias por morir en la cruz por mí. Entiendo que tú pagaste el precio que yo debí haber pagado por mis pecados. Te pido que entres a mi vida y seas ni señor y salvador. Te doy el control de todas las partes de mi vida.

Gracias por usar la “culpa verdadera” de manera tan poderosa en mi vida para hacerme saber que iba por el camino equivocado y convencerme de que necesito tomar el camino correcto.

Ayúdame a percibir me pecado como tú lo perc­ibes, que lo aborrezca tanto como tú. Ayúdame a hacer a un lado todos los sentimientos de auto-condenación. Ayúdame a discernir y saber cuándo estoy sintiendo culpabilidad falsa y no la verdadera.

Te pido que tu espíritu me convenza cuando esté en el camino incorrecto para poder regresar al camino correcto. También te pido que siempre sea sensible a la voz del espíritu santo cuando haga su labor de convic­ción en mí.

Gracias porque me has perdonado y liberado.

En tu santo nombre. Amén.”

La garantía personal de Dios

Cuando ha manejado la culpabilidad cómo Dios lo manda, él le dice:

“si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana”. (Isaías 1:18)

Usted puede vivir libre de culpa

Muchos cristianos que saben que Dios los ha perdonado, todavía se sienten agobiados por la culpa y auto-condenación.

Dios me ha perdonado. •

“El que encubre sus pecados no prosperará; Mas el que los confiesa y se aparta alcanzará misericordia”. (Proverbios 28:13)

Dios me ha purificado. •

“pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado”. (1 Juan 1:7)

Dios no recordará más mi pecado. •

“Porque seré propicio a sus injusticias, Y nunca más me acordaré de sus pecados y de sus iniquidades”. (Hebreos 8:12)

Dios no volverá a traer cargos en mi contra. •

“¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica. ¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aun, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros”. (Romanos 8:33-34)

Soy libre del pasado. •

“No os acordéis de las cosas pasadas, ni traigáis a memoria las cosas antiguas. He aquí que yo hago cosa nueva; pronto saldrá a luz; ¿no la conoceréis? Otra vez abriré camino en el desierto, y ríos en la soledad”. (Isaías 43:18-19)

Dios no me condena. •

“El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios”. (Juan 3:18)

Tengo paz con Dios. •

“Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo”. (Romanos 5:1)

¿De dónde proviene la culpabilidad falsa?

La culpabilidad falsa está basada en sentimien­tos de auto-condena: como cuando nos culpamos sin haber cometido ningún pecado, o cuando seguimos haciéndolo aun después de haberlo confesado haber­nos apartado de él.

La culpabilidad falsa a menudo tiene su origen en la niñez.2 Si escuchaba mensajes repetitivos de: “Eres desobediente . . . Eres malo . . . ¡Debería darte vergüenza!” . . . La culpabilidad cambio de conocer que hizo algo malo a sentir que usted es malo. Esto le lleva a no enfocarse en lo que ha hecho, sino en avergonzarse de quién es usted. Estos sentimientos le llevan a creer que:

“El amor depende de lo que haga”.•

“Haga lo que haga jamás llenaré las expectativas • de los demás”.

“Me rechazarán y me abandonarán”.•

La culpabilidad falsa es la voz interna que le dice: “¡deberías estar avergonzado de ti mismo!” esta culpabilidad provoca actitudes negativas hacia no­sotros mismos y nos hace sentir que somos defectuo­sos por naturaleza. Produce una terrible falta de valor personal y nos hace sentir temerosos y rechazados.

La culpabilidad falsa provoca patrones enfer­mizos de relacionarnos con los demás aún en la edad adulta. Cuando se desarrollan esos patrones, la culpa verdadera por un acto cometido contra otra persona (arrepentimiento real por nuestro pecado), siempre irá acompañada de la culpabilidad falsa (el temor de ser rechazados por los demás).

“Si fuere malo, ¡ay de mí! Y si fuere justo, no levantaré mi cabeza, Estando hastiado de deshonra, y de verme afligido”. (Job 10:15)

Adaptado de la Biblioteca de Consejería Bíblica de Hope For The Heart (Esperanza Para El Corazón). Las 100 Referencias Rápidas proveen verdades bíblicas concisas—La verdad de Dios para los problemas de hoy.

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Todas las citas bíblicas están tomadas de la Versión Reina Valera Revisión 1960. Todos los derechos reservados.

Comentarios

Maynor
Nov-17-2013

Dios les bendiga. Y gracias por esas buenas herramientas q Dios les ha dado para ayudarnos a nosotros los q leemos . Dios les bendiga

    Liderazgo Juvenil
    Nov-20-2013

    Que bueno poder ayudarte!

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