“No es fácil recuperarse de los patrones adquiridos en una familia disfuncional. Se requiere una transformación al nivel más profundo…
Pero Dios nos promete intervenir activamente en esa transformación”.
—Dale y Juanita Ryan1
“Y pasando Jehová por delante de él, proclamó: ¡Jehová! ¡Jehová! fuerte, misericordioso y piadoso; tardo para la ira, y grande en misericordia y verdad; que guarda misericordia a millares, que perdona la iniquidad, la rebelión y el pecado, y que de ningún modo tendrá por inocente al malvado; que visita la iniquidad de los padres sobre los hijos y sobre los hijos de los hijos, hasta la tercera y cuarta generación”. (Éxodo 34:6–7)
La familia caótica (Proverbios 28:2)
Tanto el hogar como los individuos están mal organizados.
La familia está plagada de problemas.
Los padres son inconsistentes e indecisos.
Los hijos están abandonados emocionalmente.
La familia controladora (Efesios 6:4)
Está rígidamente estructurada.
La comunicación es autoritaria y dictatorial.
Los padres tienden a juzgar y criticar demasiado.
Los hijos están centrados en lograr tareas; su valor depende de su productividad.
La familia permisiva (Proverbios 13:24)
Carece de autoridad paterna.
Sobreprotege los sentimientos.
Evita los desacuerdos.
Los hijos son el centro de atención.
La familia codependiente (Deuteronomio 6:5)
Hay una conformidad extrema.
Hay ausencia de dirección propia.
Los padres son excesivamente posesivos.
Se reprime a los hijos.
“Soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros”. (Colosenses 3:13)
¿Teme a la crítica?
¿Ayuda a los demás aunque sea en detrimento de usted?
¿Busca la aprobación constantemente?
¿Esconde sus emociones?
¿Siente que debe rescatar a otros?
¿Confunde la lástima con el amor?
¿Se da cuenta que lo manipulan con facilidad?
¿Siente rencor hacia algún familiar?
¿Evita responsabilizarse de sus acciones?
¿Teme al abandono?
“Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres”. (Juan 8:31–32)
Génesis capítulos 37, 39, 41, 42, 50
Enfatice la singularidad de cada miembro de su familia. (1 Corintios 12:14–17)
Fomente la cercanía y también la individualidad.3 (1 Corintios 12:4–7)
Mantenga consistencia en los mensajes que comunica. (Santiago 3:10–13)
Practique la disciplina inmediata y correcta. (Proverbios 13:24)
Dé lugar a que haya un amplio margen para los errores. (Efesios 4:32)
Permita la manifestación correcta de las emociones. (Proverbios 20:5)
Promueva y desarrolle las capacidades y talentos naturales. (Proverbios 22:6)
Requiera que los miembros de la familia se responsabilicen de sus actitudes y acciones. (Gálatas 6:4–5)
Trate a todos con amor y respeto. (1 Corintios 16:14)
“Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás,y extendiéndome a lo que está delante”.(Filipenses 3:13)
Concédase tiempo para lamentar lo sucedido.5 (Juan 16:20)
Abandone su necesidad de controlar a los demás. (Salmos 55:22)
Ponga a Cristo en primer lugar en su vida. (Lucas 9:23–24)
Agradezca a Dios por su pasado. (1 Tesalonicenses 5:18)
Revise la forma en que reaccionaba a sus circunstancias cuando era niño. (Proverbios 18:15)
Analice sus actuales características disfuncionales. (Salmos 139:23–24)
Considere los derechos que Dios le ha dado. (Hechos 5:29)
Ponga sus propios límites.6 (Gálatas 1:10)
Abandone el resentimiento. (Efesios 4:32)
Dése tiempo para restaurar las relaciones familiares. (Mateo 5:23–24)
Identifique cuáles patrones debe cambiar, después concéntrese en varias acciones que debe tomar para moverse hacia la recuperación y salud emocional.
Dígales a Dios y a los que están más cerca de usted que quiere abandonar los patrones infantiles y enfermizos y pídales que le ayuden monitoreando sus avances.
“Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, juzgaba como niño; mas cuando ya fui hombre, dejé lo que era de niño”. (1 Corintios 13:11)
La ira:
Cómo actuar en vez de reaccionar
Alcoholismo y drogadicción:
Cómo reconstruir su vida después de haber tocado fondo
La familia mixta:
La receta de Dios para su éxito
Cómo resolver los conflictos:
Solucionando los problemas con otros
El perdón:
Cómo liberar a otros
La reconciliación:
Restaurando las relaciones rotas
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1. Dale y Juanita Ryan, Recovery from Family Dysfunctions: 6 Studies for Groups and Individuals. “Cómo recuperarse de una familia disfuncional: Seis estudios para grupos o individuos”, Life Recovery Guides (Downers Grove, Ill.: InterVarsity Press, 1990), 12-13.
2. Para esta sección vea David Mains, Healing the Dysfunctional Church Family, “Cómo sanar a la iglesia disfuncional”, (Wheaton, IL: Victor, 1992), 145–146.
3. David Field, Family Personalities, “Personalidades familiares”, (Eugene, OR: Harvest House, 1988), 153–154.
4. Para esta sección vea Jim Conway, Adult Children of Legal and Emotional Divorce: Healing Your Long-Term Hurt, “Hijos adultos del divorcio legal y emocional: Cómo curar su dolor de largo plazo”, (Downers Grove, IL: InterVarsity, 1990), 127–240.
5. Nancy LeSourd, No Longer the Hero: The Personal Pilgrimage of an Adult Child, “Dejaré de ser el héroe: La peregrinación de un adulto niño”, (Nashville:Thomas Nelson, 1991), 173–174.
6. LeSourd, No Longer the Hero, “Dejaré de ser el héroe”, 175–177.
Todas las citas están tomadas de la Versión Reina Valera Revisión 1960. © 1988 Sociedades Bíblicas Unidas Todos los derechos reservados.
© 2006 HOPE FOR THE HEART• • • • • •
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