¿Siente usted que la mezcla de su familia es un total desastre? Cuando usted mezcla harina, azúcar, huevos y aceite, se requiere de algún tiempo para lograr que se incorporen.
Cuando esa mezcla se expone al calor del horno durante el tiempo correcto, ocurre una reacción química que hace que los distintos ingredientes se mezclen de tal modo, que forman un delicioso postre. De la misma manera, cuando los miembros de una familia mixta se someten al calor de vivir juntos con personas diferentes, se requiere invertir mucho esfuerzo para que formen una unidad familiar bien conectada.
Cada individuo necesita poner mucho de su parte para promover la paz y para edificarse mutuamente promoviendo que la familia se mezcle bien en amor y unidad.
“Así que, sigamos lo que contribuye a la paz y a la mutua edificación”. (Romanos 14:19)
Aunque ninguna familia es igual a otra, cuando dos distintas se unen para formar una diferente, surgen en algún grado las siguientes emociones:
Pérdida
Los hijos pasan por la pérdida de alguno de sus progenitores.
Los cónyuges pasan por la pérdida de sus relaciones significativas.
Temor
Los hijos temen a lo desconocido.
Los cónyuges temen un nuevo fracaso.
Los padrastros temen al rechazo.
Enojo
Tanto los hijos como los padrastros pueden estar enojados por el rechazo.
Tanto los hijos como los padrastros pueden estar enojados por las expectativas, metas y sueños no cumplidos.
Culpabilidad
Los hijos se sienten culpables creyendo que son responsables de la ruptura del matrimonio de sus padres.
Los cónyuges se sienten culpables por el divorcio y el efecto de éste sobre los hijos.
Los cónyuges se sienten culpables por no amar a los hijastros.
“No os acordéis de las cosas pasadas, ni traigáis a memoria las cosas antiguas”. (Isaías 43:18)
Muchas personas han descubierto que el arreglo para la custodia no siempre resulta en beneficio para los hijos. Parece que éstos tienen mucha dificultad para adaptarse a los cambios constantes. Pero si usted ya está en esta situación, es importante recordar lo siguiente cuando los hijos regresan con usted:
Suspenda lo que está haciendo.
Salúdelos con un caluroso abrazo.
Permita un tiempo de readaptación.
Otórgueles completa atención.
No haga preguntas amenazadoras.
Esté preparado porque sus hijos tratarán de manipular sus emociones.
No crea que todo lo que dicen es verdad.
Evite enredarse en una reacción de ira.
“Así que, sigamos lo que contribuye a la paz y a la mutua edificación”. (Romanos 14:19)
Colosenses 3:12-15
Recuerde que no está reemplazando a un padre, sino ofreciendo una nueva relación.
Refuerce su compromiso con el matrimonio para beneficio del hijo.
Considere que su vida debe ser ejemplo de lo que Dios planeó para el matrimonio.
Reconstruya gradualmente un sistema de autoridad que funcione bajo directrices bíblicas.
Nunca juzgue o critique al padre ausente.
Resístase a la tentación de retraerse emocionalmente si no lo aceptan de inmediato.
Decida orar por su hijastro y por su matrimonio.
Renuncie a su derecho a ser respetado y amado, esto puede requerir de mucho tiempo.
Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios”. (Hebreos 12:1-2)
Edifique una relación sólida con su cónyuge. (Génesis 2:24)
Sea flexible y cumpla con las tradiciones y días festivos. (Romanos 12:10)
Fomente las relaciones del hijastro con su familia de origen. (Éxodo 20:12)
Decida mantenerse firme. (Proverbios 29:15, 17)
Inicie una estructura familiar. (Proverbios 3:12)
Negocie las cosas que todos tienen en común. (1 Corintios 1:10)
Aumente su dependencia de Cristo. (Colosenses 2:6-7)
“Por tanto, de la manera que habéis recibido al Señor Jesucristo, andad en él; arraigados y sobreedificados en él, y confirmados en la fe, así como habéis sido enseñados, abundando en acciones de gracias”. (Colosenses 2:6-7)
Es muy común que los padres pongan primero los intereses de sus hijos. Pero cuando éstos se ponen antes que el cónyuge y de los hijos de éste o ésta, se convierte en una receta para el desacuerdo. Aunque las familias mixtas como la de usted tienden a ser conflictivas, hay esperanza. Tanto usted como su esposo deben ponerse de acuerdo en el comportamiento apropiado y la disciplina para todos los hijos. No haga nada hasta que puedan aplicar una política en la que ambos estén de acuerdo. Finalmente, empiecen a disciplinar tomando en cuenta los sentimientos del otro. A medida que aprenden a estar de acuerdo en otras áreas de conflicto, empezarán a actuar según conviene a todos los miembros de la familia.1
“No mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros”. (Filipenses 2:4)
La adopción:
Un hijo que nace en el corazón
Cómo resolver los conflictos:
Solucionando los problemas con otros
La familia disfuncional:
Haciendo las paces con el pasado
El matrimonio:
Para bien o para mal
La crianza de los hijos:
Cómo ser buenos padres
Familias monoparentales:
Al éxito con Dios como líder
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1. Tom Frydenger y Adrienne Frydenger, The Blended Family, “La familia mixta” (Old Tappan, NJ: Chosen, 1984), 129–33.
2. Frydenger y Frydenger, The Blended Family, “La familia mixta” 14, 61, 64; Tom Frydenger y Adrienne Frydenger, Resolving Conflict in the Blended Family, “Resolviendo los conflictos en la familia mixta” (Tarrytown, NY: Chosen, 1991), 30–32, 82, 89–90; Charles Cerling, Remarriage: Opportunity to Grow, “El nuevo casamiento: Oportunidad de crecer” (Old Tappan, NJ: Power, 1988), 26.
3. Angela Elwell Hunt, Loving Someone Else’s Child, “Cómo amar al hijo de otro” (Wheaton, IL: Tyndale House, 1992), 28, 29, 147–48; Beth E. Brown, When You’re Mom No. 2: A Word of Hope for Stepmothers, “Cuando usted es la mamá No. 2. Esperanza para las madrastras” (Ann Arbor, MI: Vine, 1991), 184; Frydenger y Frydenger, The Blended Family, “La familia mixta” 151–53; Cerling, Remarriage: Opportunity to Grow, “El nuevo casamiento: Oportunidad de crecer” 88–89; Don Houck y LaDean Houck, Remarried with Children: a Blended Couple’s Journey to Harmony, “El nuevo casamiento con hijos: La jornada de una familia mixta para lograr la armonía” (San Bernardino, CA: Here’s Life, 1991), 179.
4. Frydenger y Frydenger, The Blended Family, “La familia mixta” 176–78, 103; Cerling, Remarriage: Opportunity to Grow, “El nuevo casamiento: Oportunidad de crecer” 87, 91–92.
Todas las citas están tomadas de la Versión Reina Valera Revisión 1960. © 1988 Sociedades Bíblicas Unidas Todos los derechos reservados.
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