“Los hijos son muy parecidos a los cometas de juguete —quieren volar, pero necesitan la estabilidad de la cuerda. Los cometas de juguete no están diseñados para permanecer en el hogar protegidos posesivamente para siempre. Aunque la separación es dolorosa, Dios diseñó el papel de los padres para preparar su cometa para volar.
No nos dejemos afectar emocionalmente por los vientos cambiantes que hacen que nuestro frágil cometa caiga una y otra vez. Sigamos corriendo con él, dándole más y más cuerda hasta soltarlo en las manos soberanas de Dios”.1
—June Hunt
Ningún padre quiere fracasar en la crianza de sus hijos. Más bien, desea lo mejor para esos preciosos regalos que Dios puso a su cuidado. Aunque usted tome su papel de padre con toda seriedad, esté alerta para no caer en las trampas escondidas que hacen que aun los padres más dedicados dejen de alcanzar sus metas. Los obstáculos que impiden realizar una buena labor en la crianza de los hijos se pueden describir con la palabra molde.
Mensajes de rechazo que envían los padres
Evitan mirar a los hijos a los ojos
Evitan el contacto físico
No los disciplinan
Obstáculos espirituales
Sirven a Dios y descuidan la familia
Entienden mal el carácter de Dios
Lucha de poder
Los papeles de los padres están cambiados (padre pasivo, madre controladora)
Uno de los padres no acepta sus errores
Los padres compiten con otros a través de sus hijos
Dejarlos sin supervisión
Adicción al trabajo; sin tiempo familiar
Ambos padres son profesionales
En busca del tesoro
Ponen la prioridad en el dinero y las posesiones
Se esfuerzan por obtener prominencia y éxito
Prefieren el placer y los viajes
“Sácame de la red que han escondido para mí, pues tú eres mi refugio”. (Salmos 31:4)
Su hijo es un regalo temporal de Dios.2 Así como las flechas son para lanzarse desde un arco, los hijos son para que se eleven por sí mismos. Cuanto más ore y confíe en el cuidado personal de Dios por su hijo, menos posesivo y renuente será para soltarlo en las manos divinas.
DEJE de ver a su hijo como si fuera una extensión de usted.
DEJE el deseo de poseer a su hijo.
DEJE la inclinación a controlar a su hijo.
DEJE a un lado las expectativas que tenía para su hijo.
DEJE de entremeterse para impedir que fracase su hijo.
DEJE de buscar la armonía perfecta todo el tiempo.
DEJE a un lado su propia necesidad de amor.
DEJE de pensar que su principal identidad proviene de la crianza de sus hijos.
“Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor”. (Efesios 6:4)
1 Tesalonicenses 2:7–12
Cuando los padres dan estructura a su hogar según la voluntad de Dios, los hijos aprenden a sustituir su ira destructiva con la manera constructiva de resolver los conflictos—aprenden a amar en vez de enojarse.
Escuche con sus oídos y su corazón. (Santiago 1:19)
Sea un ejemplo de arrepentimiento y perdón. (Mateo 5:23–24)
Establezca “límites” razonables y de acuerdo a la edad de los hijos que incluyan premios y consecuencias por sus actos.4 (1 Tesalonicenses 4:1)
Refuerce los límites de manera consistente. (Proverbios 19:18)
Fundamente su disciplina en el amor, jamás en el enojo. (Apocalipsis 3:19)
Ame a su cónyuge abierta e incondicionalmente. (Efesios 5:33)
Aprecie a cada hijo sin mostrar favoritismo. (Santiago 2:1)
Anime y afirme a cada uno de sus hijos todos los días. (Salmos 127:3)
“El odio despierta rencillas; pero el amor cubrirá multitud de pecados”. (Proverbios 10:12)
La parábola del hijo pródigo es el relato de un padre que sufrió el dolor de criar a un hijo que rechazó el entrenamiento que recibió en su infancia y decidió seguir su camino. El padre devoto de Lucas 15:11-32 dejó que su hijo se fuera del hogar. Con esa acción, respetó la dignidad de su hijo y le permitió tomar sus propias decisiones. Pero nunca perdió la esperanza de recuperarlo. Sólo cuando llegamos a un estado de desesperación parecido y decidimos poner a los hijos en las manos amorosas de Dios, es que el Señor tiene completa libertad para empezar a trabajar en las vidas de ellos. Por tanto, proceda de la siguiente manera.
Procure edificar una nueva relación con su hijo. (Colosenses 3:13)
Reciba la compasión de Dios. (Lamentaciones 3:22)
Observe con cuidado sus emociones. (Salmos 139:23–24)
Cambie su dolor por la paz de Dios. (Isaías 26:3-4)
Entregue el futuro a Dios. (2 Timoteo 1:12)
Deje el pasado atrás. (Isaías 43:18-19)
Acepte que usted también necesita de Dios. (Gálatas 2:20)
No. Aun cuando su hijo siga tomando malas decisiones, como padre usted tiene la responsabilidad de indicarle lo que está bien. Usted no es responsable de las malas decisiones de su hijo, pero sí es responsable de su labor como padre. Si usted no enseña a su hijo lo que es correcto, ¿quién lo hará?
“La ley del sabio es manantial de vida para apartarse de los lazos de la muerte”. (Proverbios 13:14)
Si su hijo se sostiene a sí mismo, compra su comida, paga su renta, compra la gasolina de su auto y paga su colegiatura, entonces se ha ganado el derecho a tomar sus propias decisiones. Sin embargo, si su hijo no es independiente, entonces no tiene el “derecho” a tomar decisiones por sí mismo. Más bien, debe aceptar que usted tome las decisiones por él.
Si él dice que eso no es justo, sencillamente explíquele que la autoridad corresponde a quien tiene la responsabilidad. En cualquier momento que decida tomar la responsabilidad de su persona, entonces tendrá derecho a tomar sus propias decisiones.
“Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas”. (Romanos 13:1)
Temas relacionados con la crianza de los hijos
La adopción:
Un hijo que nace en el corazón
La familia mixta:
La receta de Dios para su éxito
Cómo resolver los conflictos:
Solucionando los problemas con otros
La familia disfuncional:
Haciendo las paces con el pasado
Embarazos no deseados:
Aprendiendo a amar a su hijo
Familias monoparentales:
Al éxito con Dios como líder
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Todas las citas están tomadas de la Versión Reina Valera Revisión 1960. © 1988 Sociedades Bíblicas Unidas Todos los derechos reservados.
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Mi hija de 4 anos llora por todo, especialmente cuando le pega a un nino y se le regana por hacer eso llora como si le hubieran pegado a ella. como es la mejor forma para que mi hija no sea una nina malcriada que por todo llora.
Gracias por su ayuda
Carolina
hola soy pedagoga de profesion y maestra de escuela básica,tengo un hijo de 2 años y me ha funcionado regañarlo suavemente pero con autoridad cuando pega, diciendole que no me gusta lo que hizo que me pongo triste por su actitud, le menciono que lo amo mucho pero que eso no se debe hacer me entiende perfectamente y deja de llorar y lo llevo a k de un besito de disculpa. los niños generalmente se sienten mal cuando mamá o papá los regañan por que sienten rechazo pero hay que hablar una y otra ves con ellos siempre cuidando no dañar su corazoncito con palabras hirientes de menosprecio, siempre hay que mencionarles que sus actitudes nos entristecen o no nos gustan y que nos sentimos orgullosos de ellos cuando aman y respetan a otros pequeñitos que tambien sienten y les duele cuando los lastiman y a sus mamitas tambien. los niños son muy moldeables y aceptan como bueno todo lo que les enseñamos de valores.
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