Prosperidad

  • Jeffrey de León
  • Oct-27-2010

Una lección en cuanto a la verdadera prosperidad

“He tenido muchas cosas en mis manos y las he perdido todas. Pero lo que he puesto en las manos de Dios, todavía son mías”.

—Martín Lutero

“Hace muchos años, George W. Truett, conocido pastor, fue a cenar a la casa de un hombre muy pudiente de Dallas, Texas, Estados Unidos. Después de la cena, el anfitrión lo llevó a un lugar desde donde se podía ver toda el área que rodeaba su mansión. Señaló los pozos petroleros que se alzaban en el horizonte del paisaje y con orgullo declaró: “Hace veinticinco años no tenía nada. Ahora, me pertenece todo lo que su mirada alcanza a ver”.

Voltearon a mirar hacia el otro lado donde se encontraban extensos campos de trigo, dijo: “Eso también es mío”. Luego señaló hacia el oeste donde había gran cantidad de manadas de ganado y una vez más presumió: “Todo eso también me pertenece”. Miraron más lejos, donde había un hermoso bosque y exclamó lleno de orgullo: “Eso que ve allá, también es todo mío”. Luego hizo una pausa esperando que el Dr. Truett lo felicitara por su gran éxito. Pero él solamente colocó una mano en el hombro del acaudalado millonario, señaló hacia el cielo con la otra mano y preguntó: ¿Cuánto tiene usted allá arriba?”2

“Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, ni estuvo en camino de pecadores, ni en silla de escarnecedores se ha sentado; sino que en la ley de Jehová está su delicia, y en su ley medita de día y de noche. Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, que da su fruto en su tiempo, y su hoja no cae; y todo lo que hace, prosperará”.(Salmos 1:1-3)

Cómo es la persona materialista

Mis posesiones me poseen… esclavitud.

Puedo disfrutar un poco lo que tengo… sin contentamiento.

Los deseos deben satisfacerse al instante… impaciencia.

Es normal estar aburrido… insatisfacción.

Tengo derecho a tener todo lo que quiera… ingratitud.

No es necesario tratar a la propiedad privada y a la gente con respeto… desconsideración.

Se debe buscar el placer… vacuidad.

El propósito de Dios para el creyente

Reflejar el carácter de Cristo (Romanos 8:29).

Reinar sobre el mundo material, no ser controlado por las cosas materiales (Génesis 1:26).

Responder al llamado de Dios de ser responsables ante él (Mateo 6:24).

Regalar el poder de Dios a los demás (Hechos 1:8).

“Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos”. (Romanos 8:29)

La encuesta del materialismo

¿Estoy demasiado preocupado por las cosas materiales?

¿Me siento bien cuando tengo algo más grande y mejor que otra persona?

¿Me es difícil esperar para recibir un nuevo producto cuando he decidido comprarlo?

¿Son mi salario y los beneficios que obtengo, más importantes que el trabajo en sí?

Cuando compro algo, ¿debe ser porque es reconocido por ser lo mejor?

¿Envidio a mis amigos que poseen más cosas que yo?

Versículo clave para memorizar

“No me des pobreza ni riquezas; manténme del pan necesario”.(Proverbios 30:8)

Versículo clave para leer y meditar

1 Timoteo 6:6–19

“No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan; sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan. Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón”. (Mateo 6:19-21)

Cómo luchar contra el materialismo en un mundo materialista

Viviendo centrados en los propósitos eternos de Dios. (1 Timoteo 6:11)

Elegir un estilo de vida que no sea auto-indulgente. (2 Timoteo 3:2–5)

Evitar caer en la esclavitud de las deudas improductivas (cosas cuyo valor se deprecia con rapidez). (Mateo 6:33)

Resistir la tentación de acumular y amasar riquezas. (Santiago 5:3)

No aprovecharse económicamente de los demás. (Salmos 119:36)

Aprender a contentarse en la abundancia o la escasez. (Filipenses 4:12)

Contribuir voluntaria y generosamente para suplir las necesidades de los demás. (2 Corintios 9:5)

Utilizar las posesiones materiales para hac­er avanzar la obra de Dios. (Mateo 6:19)

Reconocer que Dios es el dueño y tiene el control real y total sobre todas las cosas. (Malaquías 3:8–10)

“Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal”. (Mateo 6:34)

Cómo cumplir el plan de Dios

Confíe en él para que él pueda confiar en usted

Agradezca a Dios por lo que le ha dado.

Confíe en el Señor como su proveedor.

Mantenga la perspectiva divina respecto a las posesiones materiales.

Busque la provisión de Dios en cada una y todas las circunstancias de la vida.

Confíe en el Señor y no en lo que usted posee.

Honre a Dios con lo que él le ha dado.

Invierta en los tesoros celestiales, no en las cosas terrenales.

Administre bien lo que el Señor ha puesto bajo su cuidado.

“El que es fiel en lo muy poco, también en lo más es fiel; y el que en lo muy poco es injusto, también en lo más es injusto”.(Lucas 16:10)

“¿ Cuál es la enseñanza bíblica respecto a las posesiones

materiales?”

En la Biblia se menciona 2,172 veces el asunto de las posesiones materiales. Se cita siete veces más que el tema de la oración.

“Porque habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos”. (2 Timoteo 3:2)

Las posesiones materiales se originan en Dios y su fin principal es glorificarlo a él.

Las posesiones materiales son un regalo de Dios cuyo propósito es que la gente las disfrute. Sin embargo, pueden convertirse en una de las mayores razones por las que las personas se alejan de Dios.

Una de las evidencias de una persona que ha sido redimida por el Señor es cuando practica la mayordomía de sus recursos materiales sabiamente.

Las Escrituras enseñan que las riquezas materiales están íntimamente ligadas a los asuntos espirituales.

“Vanidad y palabra mentirosa aparta de mí; no me des pobreza ni riquezas; manténme del pan necesario; no sea que me sacie, y te niegue, y diga: ¿Quién es Jehová? o que siendo pobre, hurte, y blasfeme el nombre de mi Dios”. (Proverbios 30:8–9)

“No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos. Así que, según tengamos oportunidad, hagamos bien a todos, y mayormente a los de la familia de la fe”. (Gálatas 6:9–10)

Temas relacionados con la prosperidad

Libertad financiera:

Secretos para administrar el dinero sabiamente

Propósito para vivir:

Cómo establecer sus prioridades

Su valor personal:

Una cuestión de visión

Al éxito a través del fracaso:

La escalera del éxito

Adicción al trabajo:

La senda al colapso nervioso

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