¿Vive temiendo lo que otros piensan de usted? Cuando ven su imagen reflejada en un espejo, algunas personas ven a un patito feo, el infeliz polluelo del cuento infantil. Él se sentía miserable y rechazado por todos los habitantes de la granja debido a su poca atractiva figura y a su torpeza.1
Es triste decirlo, pero muchas personas atractivas sufren por el auto-rechazo porque sienten que poseen muy poco valor. Parte del problema es que tienen una vista muy corta. Al igual que el patito feo que no sabía que dentro de él había un hermoso cisne, creen que sólo serán aceptadas sin son físicamente atractivas.
Pero fallan, porque ignoran que tienen un alto valor interior que les ha sido dado por Dios mismo.
“Y Jehová respondió a Samuel: No mires a su parecer, ni a lo grande de su estatura, porque yo lo desecho; porque Jehová no mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón”.(1 Samuel 16:7)
Muchos adultos no saben que la crítica y las acusaciones recibidas durante la niñez a menudo causan problemas serios en la vida. ¿Ha basado su valor personal en experiencias negativas de la infancia, o ha aprendido a verse como Dios lo ve?
Sus padres y figuras de autoridad fueron
demasiado criticones
demasiado permisivos
Sus hermanos y compañeros…
lo desanimaban
eran competitivos
La sociedad era…
materialista
con limitaciones académicas o físicas
Mito: “Debido a la forma en que me trataron, no puedo ser competente”.
Verdad: Puesto que todos fallamos a otros, Dios nunca planeó que nuestra suficiencia viniera de los demás. A medida que rendimos nuestra vida al Señor, nuestra competencia y suficiencia vienen de él.
“…no que seamos competentes por nosotros mismos para pensar algo como de nosotros mismos, sino que nuestra competencia proviene de Dios”. (2 Corintios 3:5)
Al compararnos con otros encontramos que somos inferiores en apariencia—capacidad—logros—riqueza
Ponernos expectativas y estándares irreales
Exagerar y generalizar lo negativo: “He fallado, por eso soy unfracasado”
Absorber y magnificar la compasión de otros
Pensar que es muy espiritual sentirnos inferiores a los demás
Permitir que nos inunde la culpa falsa
Mito: “No puedo dejar de compararme con otros”.
Verdad: Dios dice que el que se compara con otros es necio.
“Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas?” (Mateo 6:26)
Salmos 139
¿Conoce a algunas personas que le ponen nombre a sus autos? Muchos los aman tanto, a pesar de sus fallas, que les ponen apelativos humorísticos tales como Alfredo, Pistolero, Belleza, Rover, etc. Irónicamente, cuanto más tiempo pasan con sus autos, sin importarles los golpes y raspaduras, más cerca de ellos se sienten. Aman a sus autos y aceptan sus defectos. ¿Qué necesita usted para aceptar lo siguiente?
1 Acepto que la palabra de Dios dice que fui creado a su imagen. (Génesis 1:27)
2 Acepto que soy aceptable delante de Cristo. (Romanos 15:7)
3 Acepto lo que no puedo cambiar de mí mismo(a). (Romanos 9:20-21)
4 Acepto que puedo cometer errores. (Filipenses 3:12-14)
5 Acepto las críticas y la responsabilidad por mis fracasos. (Salmos 32:5)
6 Acepto que no todos me aceptarán y amarán. (Juan 15:18, 20)
7 Acepto las circunstancias de mi vida que no puedo cambiar. (Romanos 8:28)
“…estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo”. (Filipenses 1:6)
Para poder entender completamente su valor personal, acepte lo siguiente:
Elimine las actitudes y creencias negativas. (Filipenses 4:8)
Entienda lo que dicen las Escrituras acerca de amarse a sí mismo. (Gálatas 5:14)
Evite compararse con los demás. (2 Corintios 10:12)
Agradezca a Dios por el amor incondicional que le tiene. (Salmos 48:9)
Confíe en las promesas que Dios nos ha dado de que nos va a moldear para ser como Cristo. (Romanos 8:29)
Use sus talentos y capacidades para ayudar a otros. (Romanos 12:6–8)
“Os ruego que andéis como es digno de la vocación con que fuistes llamados”. (Efesios 4:1)
La auto-estima tiene dos significados distintos.
El primero consiste en tener una comprensión objetiva de nuestro valor que se basa en la humildad. Ésta surge del reconocimiento de que somos pecadores y de que necesitamos un Salvador y del hecho de que Cristo ya fijó nuestro valor al morir por nosotros.
“Mi mano hizo todas estas cosas, y así todas estas cosas fueron, dice Jehová; pero miraré a aquel que es pobre y humilde de espíritu, y que tiembla a mi palabra”. (Isaías 66:2)
El segundo significado se basa en una idea exagerada de nuestro valor. Esta auto-estima arrogante surge del orgullo. La Biblia contrasta fuertemente estas dos características.
“…Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes”. (1 Pedro 5:5)
Codependencia:
De la esclavitud al equilibrio
Su identidad:
¿Sabe usted quién es en realidad?
El perfeccionismo:
La presión por lograr la perfección
Propósito en la vida:
Cómo establecer sus prioridades
Al éxito a través del fracaso:
La escalera del éxito
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1. Hans Christian Andersen, The Ugly Duckling, “El patito feo” (1844); http://hca.gilead.org.il/ugly_duc.html.
Todas las citas están tomadas de la Versión Reina Valera Revisión 1960. Todos los derechos reservados.
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