Él era muy conocido en su comunidad. ¿Qué mujer no se sentiría orgullosa de ser su esposa? Ciertamente él le daba todo lo que podía desear. Y sus hijos… ¿acaso no tenían todo lo que podía comprar el dinero? ¿Cómo podía siquiera pensar en destruir ese perfecto cuadro familiar o arriesgarse a vivir en el futuro como una desconocida?
¿A dónde iría? ¿Qué haría? ¿Cómo ganaría dinero para sostenerse? Y lo que era peor, ¿perdería a sus hijos si se atrevía a hablar de la horrible verdad? Estaba desesperada. Además, ¿quién iba a creerle? Se había hecho experta en esconder sus emociones, los golpes y los ojos morados. Con el rostro surcado por las lágrimas y los ojos hinchados de tanto llorar, se dijo a sí misma: “De todas maneras, yo tengo la culpa, ¡me lo merezco!”
Aun cuando parece que la razón se nubla, los Salmos ofrecen esperanza a los afligidos:
“El deseo de los humildes oíste, oh Jehová; tú dispones su corazón, y haces atento tu oído, para juzgar al huérfano y al oprimido, a fin de que no vuelva más a hacer violencia el hombre de la tierra”. (Salmos 10:17–18)
Fue víctima de maltrato en su niñez.
Considera que ella es su posesión, no una persona.
Piensa que como esposo, tiene “derecho” a usar la fuerza.
Teme perder a su esposa.
Se irrita cuando ella muestra debilidad.
Se considera la víctima.
Piensa que ella le ha quitado el poder.
Culpa a su esposa por su baja auto estima.
Piensa que la violencia demuestra su poder y superioridad.
Quiere sentirse importante y en control de las cosas.
Sus ideas en cuanto a la sumisión no son bíblicas.
Ha aprendido que le funciona ser violento.
“No te entremetas con el iracundo, Ni te acompañes con el hombre de enojos”. (Proverbios 22:24)
“El de grande ira llevará la pena; y si usa de violencias, añadirá nuevos males”. (Proverbios 19:19)
Salmos 91
Razonamiento erróneo: “Cuando Jesucristo dijo: “Vuélvele la otra mejilla, quiso decir que las esposas cristianas deben aceptar los malos tratos”.2
Respuesta: Al analizar las palabras de Jesús, vemos que el contexto se refiere a la venganza. No debemos pagar mal por mal. Jesucristo no estaba condonando el abuso. (Lea Mateo 5:38–39.)
Razonamiento erróneo: “Puesto que Efesios 5:22 dice: “las casadas estén sujetas a sus propios maridos”, la esposa debe someterse incondicionalmente, aun al maltrato del marido.”3
Respuesta: Esta conclusión contradice otros pasajes de las Escrituras. Un ejemplo de sumisión a la jerarquía se muestra cuando los apóstoles rehusaron obedecer al sumo sacerdote y continuaron predicado en el nombre de Jesús. (Mateo 28:19-20). De la misma manera, si se obliga a una esposa a hacer algo que Dios considera malo, la esposa debe obedecer a Dios antes que a su esposo. (Lea Hechos 5:29.)
Decida pensar en forma distinta acerca de usted, de Dios, y del maltrato. (Romanos 12:2)
Estudie el mandato bíblico que hace responsables a los violentos. (Salmos 10:15)
Tenga en mente que lo más importante es su seguridad personal inmediata y la de sus hijos. (Salmos 4:8)
Entienda la perspectiva de Dios en cuanto a la sumisión). (Efesios 5:21)
Reconozca su enojo y practique el perdón (Hebreos 12:15)
Medite en que puede eliminar el temor a lo desconocido entregando su futuro a Dios. (Isaías 41:10)
Identifique los mejores límites para usted y decida mantenerse firme en ellos. (Proverbios 19:19)
Notifique a otros (amigos, parientes y otras personas) su situación y necesidades. (Gálatas 6:2)
Admita los patrones codependientes que usa en sus relaciones y cambie la forma en que reacciona. (Gálatas 1:10)
Recuerde que tiene una nueva identidad. No se vea sólo como esposa, lo cual puede cambiar, sino como hija preciosa de Dios, lo cual no puede cambiar. (1 Juan 3:1)
El mayor peligro para una mujer es cuando el marido descubre que la esposa tiene intenciones de abandonarlo. Una esposa que es sabia estará preparada para lo peor y tendrá un plan seguro para salir del hogar.4
Hable con amigos o parientes dignos de confianza acerca de su difícil situación.
Planifique una ruta de escape.
Guarde evidencias del maltrato físico con una amiga de confianza o en una caja de seguridad en el banco.
Identifique lo que es importante y esencial para usted y póngalo donde pueda recogerlo con rapidez (pero recuerde que su seguridad es lo más importante).
Guarde los papeles importantes y documentos en un solo lugar para que estén a la mano (pero recuerde que todo se puede reemplazar).
“El avisado ve el mal y se esconde; mas los simples pasan y llevan el daño”. (Proverbios 27:12)
No. Dios odia el pecado y la violencia es pecado. Dios quiere que la relación entre esposos sea un modelo de la relación entre Cristo y su esposa, que es la iglesia. Sus instrucciones para los esposos son que amen a sus esposas de la manera en que Cristo amó a la Iglesia y se dio a sí mismo por ella. (Efesios 5:25)
La forma de pensar de su esposo está distorsionada, y es violento simplemente porque ha decidido hacer lo incorrecto. Su violencia evidencia su pecaminosidad, no la de usted.
“Haced juicio y justicia… no engañéis ni robéis”. (Jeremías 22:3)
Sí. Dios nunca diría a la gente que cambiara si no fuera posible.
“Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia”. (Efesios 4:31)
En las Escrituras hay casos en que la gente piadosa a veces se separaba de sus autoridades impías. En ellas se nos dice que nos sometamos a las autoridades que gobiernan, pero aun así, David huyó del rey Saúl… con la bendición de Dios. Aunque David sólo era uno de los súbditos reales, escapó cuando el rey se tornó violento.
“Mas Saúl estaba temeroso de David, por cuanto Jehová estaba con él, y se había apartado de Saúl…y Saúl procuró enclavar a David con la lanza a la pared, pero él se apartó de delante de Saúl, el cual hirió con la lanza en la pared; y David huyó, y escapó aquella noche”. (1 Samuel 18:12; 19:10)
Adulterio:
La trampa de una relación prohibida
Cómo resolver los conflictos:
Solucionando los problemas con otros
El divorcio:
Un nuevo comienzo después de la ruptura
La manipulación:
Cómo romper las cadenas del control
Su valor personal:
Una cuestión de visión
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Nuestros representantes le atenderán con gusto.
1. Para esta sección vea Kay Marshall Strom, In the Name of Submission: A Painful Look at Wife Battering, “En nombre de la sumisión: una perspectiva dolorosa de la violencia contra la mujer”, (Portland, OR: Multnomah, 1986), 20–26.
2. Marie Marshall Fortune, Keeping the Faith: Questions and answers for the Abused Woman, “Cómo guarder la fe: preguntas y respuestas para la mujer vícitma de la violencia”, (New York: Harper SanFrancisco, 1987), 28–29.
3. Vea Strom, In the Name of Submission, “En nombre de la sumisión”, 56.
4. Para la sección que sigue vea Domestic Violence: The Facts, “Violencia doméstica: Los hechos” (Boston: Peace at Home, 1995), 13.
Todas las citas están tomadas de la Versión Reina Valera Revisión 1960. © 1988 Sociedades Bíblicas Unidas Todos los derechos reservados.
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Excelente!!! artñiculo!
Y que pasa cuando es al revés y la esposa es la que golpea al esposo?
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